Seguimiento, apropiación y continuidad es la clave
Debo confesar que ya tengo mucho tiempo viendo temas de financiamiento internacional y, estoy convencida de que la participación de organismos y agencias de cooperación internacional en los países, enriquece por mucho el quehacer cotidiano de las instituciones públicas sectoriales.
Y es que las funcionarias y funcionarios públicos estamos absortos en las actividades diarias y en el reporteo de actividades y metas, así que cuando este tipo de organismos y agencias intervienen en los proyectos, nos dan la oportunidad de tener puntos de vista diferentes a los que en el país vemos continuamente, evitando lo que le llaman ceguera de taller.
Y este descubrimiento de nuevos enfoques, temas innovadores o nuevos actores, abren paso a actividades no previstas, al no haber estado consideradas en nuestro presupuesto.
En el caso de México y el Crew+, con motivo de una actualización de la norma de calidad del agua, se analizaron plantas de tratamiento de aguas residuales municipales existentes en el estado de Quintana Roo, para saber qué tendrán que cambiar para cumplir la nueva norma.
Se propusieron mecanismos de financiamiento para la sostenibilidad de inversiones; se presentaron buenas prácticas en el desarrollo de una estrategia de fortalecimiento de gobernanza hídrica en comunidades rurales; y, finalmente se construirán ecotecnias en los municipios mayas seleccionados del estado mencionado.
Fuera del último punto, los análisis mencionados no podrían haberse hecho sin el apoyo del proyecto, debido a que, en entornos de austeridad, la prioridad la llevan las inversiones, dejando atrás los estudios.
Además, el compartir experiencias con otras localidades, instituciones y países, vuelven a los proyectos no sólo útiles sino entrañables.
Desafortunadamente cuando pasan los años y se regresa a los sitios de los proyectos no siempre se mantienen en la condición de cuando se entregaron, así que es indispensables que las localidades se apropien de los mismos para asegurar su continuidad y es también indispensable que los países y las agencias les demos seguimiento.
Es así que no importando el tiempo que haya pasado, podremos regresar a los sitios del proyecto y pensar que, aunque ya no estemos y no se sepa nada de nosotros, un pedazo de nuestro corazón está en esos lugares y las localidades tienen una mejor calidad de vida. Ojalá así sea.
Autora: Griselda Medina, Subgerente de Gestión y Evaluación de Proyectos con Crédito Externo. Comisión Nacional del Agua, México.
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